En una sesión de relajación, además de poner una
música relajante para aclimatar el ambiente podemos organizarnos para hacer
masajes. Es decir, los niños/as se colocaran por pareja y se darán mutuamente
masajes cantando esta retahíla.
Antes de realizar los masajes con la retahíla, los
niños/as deberán aprenderse la estrofa. Para ello, será la docente quien la
recite haciendo inflexiones con la voz y los niños/as la repetirán. Una vez que
la tienen aprendida podemos trasladarla al ámbito de la relajación.
“Casco un huevo en tu cabeza (hacemos como si cascásemos un huevo sobre la cabeza
del niño/a)
Casco un huevo
en tu cabeza, cae la yemita (movemos
los dedos por la columna)
Cae las yemita,
suben las hormiguitas (movemos
los dedos hacia arriba por la columna)
Suben las
hormiguitas, bajan los elefantes (golpeamos levemente la espalda del niño con los
puños cerrados)
Bajan los
elefantes, pinto un paisaje (con
las palmas de las manos se da un masaje por la espalda)
Con un solecito, (se acompaña con
caricias suaves)
Con un pajarito,
(ídem)
Con un arbolito,
(ídem)
Con un conejito,
(ídem)
Cae la noche (masaje por toda la espalda con la mano abierta)
Suben los
vampiros, (se acompaña con
caricias suaves)
Y te chupan la
sangre (ídem)
Suben los
vampiros (ídem)
Y te chupan la
sangre (ídem)
Abro la ventana (se retira la ropa del niño y soplamos)
¡Y me dan
escalofríos!”
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